El gobierno de Argentina lanzó ayer domingo, una nueva medida económica destinada a frenar la grave crisis económica que está viviendo el país. Con un decreto de necesidad de urgencia, el gobierno dispuso nuevos plazos y regulaciones para exportadores, instituciones y empresas con acceso al mercado de cambio, tanto en lo relativo a la compra de moneda extranjera como para las transferencias al exterior.

En lo referente a las personas fijas, por ejemplo, un turista que quiera viajar al exterior podrá comprar hasta 10 mil dólares por mes, lo que equivale a unos 600 mil pesos argentinos actuales.

Según ha comunicado el Banco Central, el principal organismo regulador en la materia, esta medida por ahora, no afectaría a todas aquellas personas que están planeando viajar al exterior.

Sin embargo, esta medida se suma a lo dispuesto hace una semanas, cuando el gobierno estableció que los consumos con tarjetas de crédito y débito realizados en el exterior, sufrirán un recargo del 15 por ciento del total, a cuenta de Ganancias o Bienes personales.

A esto hay que sumarle, las nuevas medidas establecidas por los bancos emisores de tarjetas de créditos argentinas, quienes anunciaron nuevos límites de extracción de divisas fuera de Argentina. En relación a los países limítrofes, el límite es de US$50 mensuales por cuenta, mientras que en el resto del mundo, la suma llega a los US$ 800.

Hasta el momento la autoridad monetaria argentina no impuso límites para la extracción de dólares de cuentas bancarias, por lo que quien quiera llevar efectivo no sufrirá ninguna limitación. Así el turista que tenga dólares, podrá retirar su dinero de las entidades bancarias, pero no podrá comprar más de los 10 mil dólares previstos por mes.

Esta medida concuerda con las leyes de algunos países, como Estados Unidos, que no permite ingresar a su territorio con más de US$ 10.000 en efectivo. En la Unión Europea, el monto no debe superar los 10.000 euros. Todos aquellos que superen la portación de ese dinero en efectivo, deberán declararlo.

El Banco Central Argentino impuso un tope de u$s 10.000 por persona para la compra mensual para atesoramiento, pero no existen topes para el pago de gastos en el exterior o de empresas de servicios radicadas en el extranjero, por lo que los turistas no tendrán restricciones en sus gastos ni para la adquisición de pasajes de compañías aéreas.

Ya en el 2012, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner había realizado restricciones cambiarias que habían influído directamente sobre el turismo. En esa época, había que pedir una autorización directa para la compra de divisas dedicadas al turismo fuera del país. El Banco Central era el encargado de autorizar o no el pedido.

En el 2013, las medidas continuaron con el recargo para comprar en el exterior con tarjetas de débito y crédito, que pasó del 15 por ciento al 20 por ciento, en una primera etapa, hasta alcanzar un máximo del 35 por ciento de recargo.