Son, por orden, Venecia, Roma, Florencia y Milán. Estas son, de hecho, las ciudades donde la presencia de extranjeros es preponderante en comparación con la de los viajeros nacionales. Venecia, de hecho, de unos 37 millones de visitantes el año pasado se jactó de tener 27 millones de extranjeros. En la capital, de un total de 32 millones de visitantes, unos 22 fueron registrados por extranjeros; 11 de 15 millones turistas llegaron a Florencia desde el otro lado de la frontera, y 9 de 15 a la capital lombarda.

Estos datos están presentes en un interesante informe de la consultora inmobiliaria World Capital que examinó las perspectivas de la industria hotelera italiana en 2020. Según el estudio, este año los extranjeros gastarán (entre alojamiento, restauración y comercio) 4.4 millones de euros, en comparación de los 44 millones del año pasado, con una disminución solo parcialmente compensada por el hecho de que los italianos en su mayoría no irán al extranjero y gastarán en Italia los aproximadamente 27 mil millones que "exportaron" el año pasado. 

La pérdida de peso muerto del sistema sigue siendo de 12.600 millones de euros.

También hay un fuerte impacto en el valor de la propiedad de los hoteles, que se basa en los ingresos anuales potenciales por habitación: según el estudio de las tres estrellas junto al mar, el valor caerá un 24%, en las montañas un 25% y en las ciudades de arte de 24%. 

Para las cuatro estrellas, la disminución de valor será del 27% al mar, del 17% a las montañas y del 27% a los pueblos de arte: finalmente, los hoteles de lujo verán una disminución del 12% en el mar, 10% en las montañas y 12% en las grandes ciudades. Se espera una recuperación generalizada de valores para 2020, cifra que, ante la tendencia actual de la pandemia, se debe tomar con cautela.