La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha publicado un Libro Blanco que subraya la necesidad de que los aeropuertos implementen mejores prácticas para maximizar la capacidad operativa de sus infraestructuras. Según los datos presentados, casi 400 aeropuertos en el mundo ya requieren coordinación de franjas horarias para gestionar la demanda de vuelos. Si las tendencias actuales continúan, esta cifra podría aumentar un 25% en la próxima década.

Un ejemplo alarmante de este problema se encuentra en Europa, donde el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) proyecta que para 2050 hasta el 12% de la demanda aérea podría quedar insatisfecha debido a la falta de infraestructura. Este déficit, combinado con restricciones políticas que limitan la construcción de nuevas pistas o terminales, podría afectar gravemente la competitividad económica del continente. En este contexto, la aplicación de prácticas óptimas para aprovechar la infraestructura existente se convierte en una necesidad prioritaria.

Iniciativas clave para enfrentar la crisis

Nick Careen, vicepresidente senior de Operaciones, Seguridad y Protección de la IATA, destaca que “la construcción de nuevas infraestructuras es la única solución definitiva para la falta de capacidad, pero mientras esto siga siendo inviable en muchas regiones, debemos maximizar la capacidad operativa de los aeropuertos actuales”. Sin embargo, muchos aeropuertos no siguen las pautas internacionales para optimizar sus recursos.

El Libro Blanco de la IATA propone una serie de medidas concretas para que los aeropuertos asuman una mayor responsabilidad en la generación de capacidad. Entre las recomendaciones destacan:

• Revisión periódica de la capacidad: Los aeropuertos deben evaluar regularmente sus declaraciones de capacidad e implementar procesos de consulta significativos para garantizar transparencia y detectar áreas con potencial de mejora.

• Obligación de mejorar la capacidad: Se insta a los aeropuertos a adoptar las mejores prácticas globales para aumentar su capacidad operativa siempre que sea posible.

• Consecuencias por incumplimiento: Si un aeropuerto no cumple con la capacidad declarada, deberá enfrentar sanciones que promuevan la rendición de cuentas.

Aeropuertos y aerolíneas: responsabilidades equilibradas

La normativa actual sobre franjas horarias impone obligaciones estrictas a las aerolíneas, que deben utilizar eficientemente las franjas asignadas o enfrentarse a sanciones. Sin embargo, los aeropuertos no están sujetos a reglas similares si no cumplen con la capacidad prometida. “Esto genera una disparidad que limita el valor social y económico de la infraestructura aeroportuaria”, afirmó Careen.

La IATA aboga por un reequilibrio de las responsabilidades entre aeropuertos y aerolíneas, promoviendo un sistema en el que ambos actores trabajen en conjunto para maximizar los beneficios del transporte aéreo. Esto incluye aumentar la conectividad, ofrecer más opciones para los consumidores y mantener tarifas competitivas.

Impacto en el turismo y la economía global

La crisis de capacidad en los aeropuertos no solo afecta a las aerolíneas y pasajeros, sino también a las economías locales que dependen del turismo y del comercio internacional. La falta de infraestructura adecuada puede restringir la movilidad de las personas, limitar oportunidades económicas y reducir la competitividad de los destinos turísticos.

“Para garantizar que el sistema de franjas horarias continúe ofreciendo beneficios, necesitamos regulaciones más estrictas que impulsen el desempeño de los aeropuertos. Solo así podremos satisfacer la creciente demanda de transporte aéreo y ofrecer un mejor servicio a los pasajeros”, concluyó Careen.

Con estas medidas, la IATA busca enfrentar de manera proactiva los desafíos que plantea la creciente demanda de conectividad aérea, asegurando que los aeropuertos puedan cumplir un rol clave en el desarrollo del transporte aéreo global y en la dinamización de la economía mundial.