Un helicóptero Sikorsky H-60 Black Hawk del Ejército de Estados Unidos y un Bombardier CRJ700 de PSA Airlines, filial de American Airlines, impactaron en el aire la noche del miércoles mientras el avión se preparaba para aterrizar. A bordo del CRJ700 viajaban 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que el helicóptero transportaba a tres militares.

Testigos captaron imágenes del helicóptero volando a baja altitud antes de aproximarse al avión. La torre de control intentó advertir a la tripulación del Black Hawk sobre la proximidad del Bombardier CRJ700, pero no recibió respuesta antes de la colisión. Registros de tráfico aéreo indican que, segundos antes del impacto, un controlador aéreo intentó comunicarse con el helicóptero, dándole instrucciones para evitar el choque.

El impacto se produjo en el costado derecho del fuselaje del avión, generando una explosión visible sobre el río Potomac. Testigos describieron la escena como una "bola de fuego" seguida de restos cayendo en distintas direcciones.

Los servicios de emergencia desplegaron un operativo de búsqueda y rescate con helicópteros y embarcaciones recorriendo la zona. La baja temperatura del agua, de 1,6°C, supone un riesgo crítico de hipotermia para posibles sobrevivientes.

El presidente Donald Trump emitió un comunicado informando que sigue de cerca la situación y agradeciendo a los equipos de emergencia por su labor. El senador por Kansas, Roger Marshall, señaló que el avión provenía de Wichita y calificó el accidente como una "pesadilla".

El Aeropuerto Nacional Reagan suspendió temporalmente todas las operaciones de despegue y aterrizaje mientras se investiga el suceso. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) anunció el envío de un equipo para esclarecer las causas del incidente.

Las autoridades descartaron indicios de criminalidad o terrorismo en el choque, según informó un alto funcionario del FBI. No obstante, la agencia se mantiene disponible para colaborar en la investigación si es necesario. Por su parte, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, indicó que el gobierno movilizó a la Guardia Costera para asistir en las labores de búsqueda y rescate.

La comunidad aeronáutica y el sector turístico siguen con atención el desarrollo de la investigación, dado el impacto que este tipo de incidentes puede tener en la percepción de seguridad aérea. Las aerolíneas y autoridades trabajan en medidas preventivas para garantizar la tranquilidad de los pasajeros y minimizar riesgos en futuras operaciones.